Saturday, September 09, 2006

Como dije en el otro blog, ya no he tenido muchas experiencias que resuenen por su manera dichosa de hacerse evidentes.
En cambio, puedo decir que he visitado lugares que por su solemnidad y sosiego resultan un tanto elegantes: lo que en la universidad usamos a manera de hospital y el consultorio de un terapeuta. Por supuesto, las calles que rodean al nuevo lugar donde vivo que por causa del clima diario están mojadas también son elegantes. Llegar temprano a clase y ser cumplida siempre dota a las personas de cierta distinción.

En realidad ahora vivo en una recámara nueva. Ordenada de tan vacía.
En realidad ahora vivo en una recámara nueva y tengo un nuevo novio. Vacío de tan ordenado.
En realidad me siento extraña porque no tengo nada que sea mío. Pero si me alejo de eso que no me pertenece me encuentro con una vida onerosa. Así que tengo que huir y esperar poder ser indiferente.
Siento mucha nostalgia por cosas que ahora ya no tengo. Por los apapachos y por mis gatos. Por lo que yo pedí que dejara de ser. Por la crueldad que antes me parecía un atractivo juego.

1 Comments:

At 12:20 PM, Blogger Unknown said...

Ahora escribes mucho mejor. Es difícil aceptar que de un momento a otro cambió tu vida; finalmente la decisión fue tuya. Tal vez los nuevos lugares y personas te parezcan un poco ajenos; pero son los que tú elegiste.

Te deseo mucha suerte en tu nueva vida;valorala por sí misma, no por intentar cubrir el vacío de lo que ya no es. A veces es necesario dejar descansar un poco al sentimiento para que pueda mostrarse como en realidad es.

 

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