Tuesday, December 05, 2006

La hipotermia me pareció atractiva como causa de muerte. Uno se muere del frío, se pone tiezo y no se puede mover. Lo padre es que, a pesar de la punzante hiel que te está matando, cuelgas los tenis imaginándote en un lugar tibiecito. Unos dicen que el paraíso o el infierno al que alguien se dirige tiene relación con la última imagen que se crea al momento de morir. No debe de ser tan malo morir pensando en temperaturas agradables: en tu mamá, en un abrazo, en un beso, en atole de guayaba, en un sueter, en la playa... en todas esas ocasiones en las que sería mejor estar en lugar de irse muriendo... pero ni modo. Si a mí me toca morirme así, voy a imaginarme todas esas cosas. Moriría con mucha nostalgia y sabría que nunca desperdicié los ratos de tibieza que acontecieron en mi vida. Moriría agusto, finalmente de eso se trata cuando se muere. Uno se tiene que ir con la noción de que hubo muchas cosas que a pesar de ser poco frecuentes y no tan intensas, fueron placenteras. Entendería que si no hay cabida para que esos deleites se den de forma física, es porque realmente tengo que morir.
Y no es que me quiera morir así, pensé todo lo anterior porque soy amante del frío.

2 Comments:

At 12:23 PM, Blogger grabiel said...

Todo mundo en el DF es amante del frío, ahora resulta. Pero un viento que te corta los ojos no es gracioso.

Mira Soph, algo que te gustará:

Dunne asegura que en la muerte aprenderemos el manejo feliz de la eternidad. Recobraremos todos los instantes de nuestra vida y los combinaremos como nos plazca. Dios y nuestros amigos y Shakespeare colaborarán con nosotros.

Ante una tesis tan espléndida, cualquier falacia cometida por el autor, resulta baladí.
("El Tiempo y J W Dunne", en Otras Inquisiciones.

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Respecto a tu post anterior.

AbrazoyBeso, Gabriel.

 
At 6:12 PM, Blogger Sofía said...

Pos sí, yo quería decir algo así pero pus no me salió tan elegante y mucho menos baladí.

 

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