Monday, March 26, 2007

Eran las nueve de la mañana y yo tenía sueños apocalípticos. La cabeza estaba a punto de explotarme... creo que me explotó por adentro y los fluidos salieron por mi nariz. No he mejorado mucho después de dos inyecciones. No puedo dormir destapada, no puedo andar descalza, no puedo bañarme, no puedo salir al sol, no puedo ir a la escuela...
Ya sea por la gripe o por costumbre, no puedo evitar sentirme miserable y contrariada.
Pienso en los trabajos que tengo que corregir y hacer para entregar después de semana santa y me digo a mí misma: "Este no es oficio para mí". Pero después de un rato de pensar en la lista de posibilidades que tengo, me doy cuenta que nada es para mí. Aunque la verdad, no sé si metida entre las cobijas tibias y llenas de mocos puedo encontrar la solución a mis problemas existenciales y de vocación.